Mashiko es una ciudad muy conocida por la cerámica en Japón. El proyecto es la rehabilitación de una casa antigua japonesa que fue construida en el año 1920.  La casa fue utilizada como una tienda de cerámica. Se ha convertido en un espacio público para utilizar como una sala polivalente adecuada para las actividades culturales del pueblo.  
Una intervención regida por un presupuesto extremadamente reducido, y construida en mayor parte por los propios ciudadanos.
Reutilizamos los antiguos ladrillos recuperados de los hornos de cerámica que ya no funcionan. Es un material con el que se percibe la identidad del lugar. La superficie de ladrillos lleva varios colores diferentes.  Este color viene del tinte específico del esmalte que se utilizaba en cada horno. Escogimos ladrillos desde  varios hornos antiguos, y los reconstruimos para la nueva fachada y para el suelo del nuevo espacio. 
El conjunto se ve muy expresivo por la mezcla de varios colores en la agrupación de los ladrillos.